Usando una variedad de técnicas, los astrónomos han identificado con éxito miles de exoplanetas, que son planetas que orbitan estrellas fuera de nuestro propio sistema solar. Pero un nuevo artículo de investigación presenta un gran avance: la primera detección de un exoplaneta no solo en otro sistema solar, sino en una galaxia completamente diferente que se encuentra a millones de años luz de distancia.
Encontrar exoplanetas es un trabajo relativamente sencillo pero laborioso. Miras una estrella durante mucho tiempo. Si algún planeta orbita alrededor de esa estrella, y si sus órbitas se alinean correctamente para cruzar la cara de la estrella desde nuestra línea de visión, verá una disminución notable en el brillo de esa estrella. La parte laboriosa es que tienes que mirar a miles de estrellas durante largos períodos de tiempo para tener uno de estos golpes de suerte.
Pero usando esta técnica, instrumentos como el Telescopio Espacial Kepler y TESS han fijado miles de planetas candidatos de todo tipo de formas y tamaños que orbitan todo tipo de estrellas, revelando una galaxia llena de variedad.
Pero hasta ahora solo hemos sondeado pequeñas porciones dentro de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. Los astrónomos asumen, por muy buenas razones, que otras galaxias también albergan exoplanetas. Después de todo, si pueden formarse aquí, ¿por qué no pueden formarse en ningún lado?
Pero esta simple pregunta no ha sido respondida hasta hoy.
El desafío son las increíbles distancias a otras galaxias. La técnica descrita anteriormente, llamada método de tránsito, funciona dentro de unos pocos cientos de años luz, hasta quizás unos pocos miles de años luz, dependiendo de qué tan brillante sea la estrella objetivo. Las galaxias están a millones de años luz de distancia, lo que hace que esta técnica sea casi imposible de aplicar. Diablos, a esas distancias es difícil ver incluso estrellas individuales.

Pero si una galaxia alberga una estrella súper brillante y tenemos la suerte, entonces podemos ver un exoplaneta cruzar la cara de esa estrella. Y eso es exactamente lo que hicimos. Según un nuevo artículo que aparece en la revista preimpresa arXivun equipo de astrónomos estudió una fuente de rayos X extremadamente brillante en M51, la galaxia Whirlpool, que se encuentra a 28 millones de años luz de la Tierra.
La fuente de rayos X es lo suficientemente intensa como para que podamos observarla y estudiar cualquier cambio en su brillo. Los astrónomos notaron en el transcurso de muchas observaciones el claro oscurecimiento debido a un cruce de exoplanetas, que sospechan es aproximadamente del tamaño de Saturno.
Es un mundo extraño en verdad. Ese planeta orbita un par binario, siendo uno de los pares los restos de una estrella gigante, ya sea una estrella de neutrones o un agujero negro, y el otro es un compañero gigante que alimenta material hacia él, creando el intenso brillo de rayos X.
No es exactamente un lugar bonito para vivir, pero nos muestra que los planetas abundan en todo el universo.