La gran mancha roja de Júpiter obtiene su color de la luz solar, sugiere un estudio

Si no fuera por el Sol, la Gran Mancha Roja de Júpiter sería una característica mucho más suave en el gigante gaseoso, revela un nuevo estudio. Esto se diferencia de lo que la mayoría de los científicos piensan acerca de por qué la mancha se ve tan colorida: que hay características en las nubes que le dan su tono distintivo.

Los nuevos datos provienen de observaciones con la nave espacial Cassini, combinadas con experimentos en el laboratorio. Llegan a la conclusión de que la inmensa altura de la Mancha Roja, combinada con la luz solar que descompone la atmósfera en ciertas sustancias químicas, hacen que la característica roja sea visible incluso con telescopios pequeños.

“Nuestros modelos sugieren que la mayor parte de la Gran Mancha Roja tiene un color bastante suave, debajo de la capa superior de la nube de material rojizo”, dijo Kevin Baines, científico del equipo de Cassini con sede en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en California, en un comunicado. «Bajo la ‘quemadura de sol’ rojiza, las nubes son probablemente blanquecinas o grisáceas».

La Gran Mancha Roja de Júpiter es un ciclón más grande que dos Tierras.  (fotomontaje ©Michael Carroll)
La Gran Mancha Roja de Júpiter es un ciclón más grande que dos Tierras. (fotomontaje ©Michael Carroll)

Los experimentos de laboratorio combinaron gases de amoníaco y acetileno (componentes atmosféricos de Júpiter) con luz ultravioleta (simulando lo que produce el Sol), lo que creó una sustancia rojiza que coincidía con las observaciones realizadas con la nave espacial Cassini en el año 2000. También intentaron descomponer el hidrosulfuro de amonio, un elemento común en las nubes altas de Júpiter, pero el color producido en realidad era un verde brillante.

La Gran Mancha Roja es una tormenta que ha azotado a Júpiter desde al menos la primera vez que se usaron los telescopios en el siglo XVII. En las últimas décadas, su tamaño se ha reducido considerablemente –es ahora la mitad de lo que mostraron las mediciones históricas – pero sigue siendo mucho más grande que la Tierra. Los científicos esperan que la próxima misión Juno, que llegará a Júpiter en 2016, ayude a aprender más sobre lo que está sucediendo.

Los resultados se presentaron en la reunión anual de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Estadounidense esta semana en Tucson, Arizona. Un comunicado de prensa no reveló los planes de publicación o si la investigación es revisada por pares.

Fuente: NASA

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