Los nuevos receptores de ALMA le permitirán ver longitudes de onda más largas, acercándose más al comienzo del universo

El telescopio ALMA está recibiendo un nuevo conjunto de receptores que le permitirán detectar longitudes de onda de hasta 8,5 mm. Estas longitudes de onda son cruciales para las observaciones de la época transformadora de la reionización, cuando las primeras estrellas que aparecieron en el universo desataron una furia de radiación.

ALMA, el Atacama Large Millimeter/sub-millimeter Array, está ubicado en la meseta de Chajnantor en Chile, uno de los lugares más secos y altos del mundo. La matriz se adapta perfectamente al estudio de una variedad de fuentes de radio en el universo, pero hasta ahora ha estado en desventaja.

Las 66 antenas de ALMA capturan ondas electromagnéticas con una variedad de longitudes de onda, pero sin los receptores de back-end adecuados, muchas de esas longitudes de onda no se pueden estudiar. Hasta ahora, ALMA ha cubierto el rango de longitud de onda de 0,3 a 3,6 mm. La última actualización consiste en un conjunto de receptores que son sensibles de 6 a 8,8 mm.

La actualización fue dirigida por el Instituto de Astronomía y Astrofísica Academia Sínica de Taiwán (ASIAA), acompañado por un equipo internacional integrado por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ), la Universidad de Chile, el Observatorio Nacional de Radioastronomía (NRAO), el Instituto Herzberg de Astrofísica de Canadá y el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Chung-Shan de Taiwán.

Las nuevas longitudes de onda se adaptan perfectamente para estudiar dos objetivos científicos en particular. Una es la época de la reionización, que ocurrió cuando el universo tenía menos de mil millones de años. Las primeras estrellas que entraron en funcionamiento en el universo inundaron el cosmos con radiación de alta energía, que arrancó el plasma neutro e ionizó casi todo el gas. El universo ha permanecido en ese estado ionizado desde entonces, pero hasta ahora no ha habido observaciones directas de esta época.

Las nuevas longitudes de onda también ayudarán a los astrónomos a estudiar granos de polvo más grandes en regiones de formación de estrellas y discos protoplanetarios, lo que con suerte proporcionará una rica fuente de información sobre el proceso de formación de estrellas y planetas.

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