El recién construido Telescopio del Polo Sur (SPT) apuntó a los cielos por primera vez el 16 de febrero, capturando imágenes de Júpiter. Esto fue solo una prueba. Cuando esté listo y funcionando, el SPT ayudará a los astrónomos a comprender la influencia de la energía oscura en la expansión del Universo y medirá con precisión la radiación cósmica de fondo de microondas.
A diferencia del Hubble, o de los principales observatorios de luz visible aquí en la Tierra, el Telescopio del Polo Sur toma imágenes en el espectro submilimétrico. Esta es una región entre las ondas de radio y la radiación infrarroja. Usando observaciones submilimétricas, los astrónomos pueden detectar nubes moleculares, mapear cúmulos de galaxias y trazar la radiación cósmica de fondo de microondas.
El telescopio mide 22,8 metros (75 pies) de alto, mide 10 metros (33 pies) de ancho y pesa 254 toneladas métricas (280 toneladas). Llevarlo a la Antártida era el problema. Cada parte del instrumento tenía que poder caber dentro de un avión de carga C130. Fueron enviados desde Nueva Zelanda y luego construidos en el sitio durante el verano antártico relativamente cálido.
Fuente original: Comunicado de prensa de la NSF